La tele da mucho asco, ¿no os parece? Cuando ponen una película que por fin es algo que no has visto y te suscita interés, cada 10 minutos te ponen 7 minutos de publicidad. Así no hay quien se entere del argumento.
Soy de las pocas personas en el mundo que les gustan los anuncios y la publicidad. Por hobbie, podría haber estudiado Marketing, pero no podría ejercer de ello, así que no malgastaría el tiempo y el dinero también en estudiarlo. Pero la verdad es que me encanta observar lo que se está publicitando y cada época que lo hace. Los enfoques, las perspectivas, las historias, el trasfondo, los colores... un poquito todo.
Es un secreto a voces que en época navideña priman los anuncios de perfumes y juguetes. Si os fijáis, en otoño suelen ser sobre todo de coches y seguros. Así es con todo, cada época del año marca en nuestra mente un objetivo que los publicistas procuran afianzarnos. En septiembre los anuncios de las colecciones en los quioscos no son ninguna sorpresa.
Pero no es sobre la publicidad sobre lo que quiero hablar, sino sobre el abuso de ella. Todos los demás ya hablan del abuso político que ejercen sobre nosotros y plasmar mis pensamientos sólo iba a conseguir hacerme mala sangre y ya son ganas de estropear un bonito día soleado.
Tengo muchos conocidos que llevan bastante tiempo sin ver la televisión. Al menos la oferta televisiva que ésta ofrece dado que cada día es peor que el anterior. ¿Dónde han quedado los peliculones del fin de semana? Recuerdo una época en la que estaba deseando que fuera viernes o sábado porque por la noche ponían una película que merecía la pena. Incluso sentía rabia cuando tenía plan porque no podía ver lo que echaban... Ahora ya ni eso. No paro de hacer zapping minuto tras minuto para ver si hay algo mínimamente decente que ver.
Al final, acababa siempre igual. En los programas de documentales... hasta que éstos también se me están repitiendo día sí y día también.
Por esto, nos hemos sumado al carro de los que se programan su propia televisión. Desde luego que no es por falta de cosas por ver y por la accesibilidad de ésta. La oferta televisiva de hoy en dia es una verdadera asquerosidad. Sobre todo por los reality shows, que ahora están tan de moda después del primer Gran Hermano.
Frase que dudo mucho que olvidara porque se me quedó grabado en la mente por el horror: "Osea, me supermuero". Si hemos llegado al punto en el que esto es lo que le gusta a la gente, la tele se ha convertido, como el fútbol, en el pan y circo del pueblo.
Al leer este post me ha venido a la memoria un pasaje de un escritor que decía, que una vez destetada el ansia efímera de tele la mayoría descubrirá que su calidad de vida mejora. Pues no tengo más que darle la razón, desde que me he destetado de la TV, leo mucho más, salgo muchísimo más e incluso he abierto un blog; algo impensable desde el sofá.
ResponderEliminarAhora cuando me siento delante de la caja tonta, hago realidad otra frase, que ahora no recuerdo quien pronunció, que dice: "El televisor es el único somnífero que se toma por los ojos".
Desde luego que son opiniones muy certeras :) La televisión aporta algo, siempre, pero existen demasiados intereses monetarios por los que ya no merece la pena :(
Eliminar